martes 18 de noviembre de 2008
Normalmente suelo levantarme a las ocho de la mañana y por ello llegué –varias veces- tarde a mis clases en la universidad. Y es que acostumbro a escribir y sobretodo a leer hasta la una de la madrugada. Esa hora me gusta porque es silenciosa, calmada y oscura. Pero ahora, desde que me compré mi celular multimedia, un Samsung F250L, me despierto más temprano. Antes de las 7 de la mañana chilla la alarma y yo obedezco sin titubear al aparatito y me cambio, truncando a veces deliciosos sueños.
A muchas personas de nuestro siglo XXI les pasa algo similar. Unos están atrapados horas y horas ante el televisor. Otros oyen horas y horas la radio. Y aquellos leen y leen periódicos que tienen un lenguaje robotizado que parece casi inhumano.
Pero ahí los tienes, querido lector, junto a ti en el microbús o en los centros comerciales. O como loquitos en los videojuegos, o en esas veladas de Internet que los dejan ojerosos. Quizá a ellos se los devora la tecnología. Es casi una enfermedad psicológica la adicción, , sea cual sea su forma.
Si antes era analfabeto quien no sabía escribir, ahora lo es el que no sabe conectarse a Internet. Pareciera que los condicionamientos tecnológicas dictan la pauta al humano andar. Y hoy más que ayer, la modernidad nos abre su boca de león en la que muchas influenciables mentes caen presas. Y lo grave es que no hay una soga mágica que salve de inmediato a estos adictos y devorados por la tecnología.
Ante lo dicho, pienso que no hay que temerle a la tecnología, en serio. Ya que ser cibernauta significa navegar en la red con tu mente lúcida. Interactúas y lo disfrutas. Hay muchas ventajas. Por ejemplo, si escribes un cuento, crónica, o cartita de amor, y una palabra te fastidia porque te demuestra lo poco que visitas al diccionario, puedes pedir a la computadora que haga el trabajo por ti. Es gratis y rápido. No hay nerds ni sabelotodo más veloz que el sistema de búsqueda de la red.
SOMOS DEVORADOS POR LA TECNOLOGÍA (PARTE II)
Personalmente pienso que no somos devorados por la tecnología cuando ella nos sirve como herramienta. Es decir, nosotros la creamos para utilizarla, no para ser secuestrados por ella. Y es que los pasos de la tecnología están en todas partes, desde el moderno envase de golosinas hasta en las modernas máquinas de guerra.
Es ubicua y todopoderosa la tecnología. Una suerte de diosa hecha por la mano del hombre. Por ello no faltan alarmistas, hombres con las mentes decimonónicas que pregonan todo el tiempo: “todo tiempo pasado fue mejor”. Claro, y yo soy supermán.
No hay que creer que "el apocalipsis vendrá porque un fierro hable" (como indican los temerosos de Dios). Lo que más vale es el goce que uno encuentra al momentos de utilizar su libre albedrío. Cada detalle es vital en nuestra vida. Una simple decisón errada puede acabar con un futuro profesional, con un buen hombre que sacaría adelante a su familia.
En verdad, si sopesamos las ventajas y desventajas que nos brinda la tecnología multimedia, por nocaut ganan las ventajas. ¡Aprovechemos! Compremos lo que la tecnología ofrece. Miren que todo sigue bajando más y más de precio y de tamaño. No cerremos nuestras mentes como esos seniles avaros que con tanta riqueza alrededor y sin haber disfrutado un poco, mueren desperdiciando las maravillas que la vida les dio.