lunes, 15 de abril de 2013

"YO QUIERO QUE ESTADOS UNIDOS GANE A LOS DE KOREA"

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Ella es Mariella. ¡ Corre mierda corre ! me grito mientas bajábamos por Alto Lima recién salidos de la Karu. No sé de qué karaoke nos habíamos trasladado, pero terminamos ahí. Era lunes 4 de la mañana y las calles naturalmente estaban vacías, los único borrachos alborotados quién sabe por  qué éramos nosotros. Y la gente decente, aburrida e hipócrita estaba en cama esperando el jodido lunes. Corrimos desde pinto hasta Varela como locos, ella riendo, yo corriéndole mano. Perdón. Yo corriéndole mano y ella riendo.


Mientras recuerdo esa doble corrida con Mariella, se viene a mi memoria también ese mi lindo rejodido hijo que ya se está empezando a parecer tan jodidamente a su madre y poco a su padre (en caracter), me dice "que chevere que empiece la guerra. Yo quiero que gane Estados Unidos, y pierdan los malos de Korea". Inmediatamente dejo de pensar en mis naturales bellos obscenos recuerdos de Mariella y empiezo a preocuparme.

Preocupado le pregunto ¿Cómo sabes de la Guerra? ¿Tu profesora te ha hablado de la guerra? (estaba pensando ir a su colegio y putearla intelectualmente si la respuesta era afirmativa. "Papá lo he leído en el diario". Recordé que su abuelo compra todos los días el Ojo y El Popular (problemas de enseñarle a leer rápidamente, lee todo). Bajé a ver el titular del diario que usualmente lo dejaban encima de la mesa del comedor. Y  ahí estaba, tipo War Craft, Half Life o Vice City. Aviones F-22 y los más caros del mundo como B-2 Spirit,  buques DESTRUCTORES, helicópteros y tanques. Todo igual a esos videojuegos con los que se preparan a los   solados en la vida real para matar, y yo estúpidamente jugué con mi hijo alguna vez.

El pobre de mi inocente hijo pensaba que era un juego. "Hijo ahí las personas mueren de verdad. Matan a padres como yo, a hijos, a madres a hermanos, primos, abuelos y hermanos. Eso no es bonito ¿o sí?".

"¿Pero quién es el malo entonces? porque los buenos tienen que ganar". "Nadie gana cuando se mata".

Inmediatamente quise solucionar el problema. ¿Pero cómo sensibilizar a mi hijo?


LA VIDA ES BELLA. Sí; le hice mirar completita esta película. Se reía con las ocurrencias de Guido que le parecía un loco "ese señor está loco", decía ese mi hijo cuando veía que Guido pretendía extraer el veneno de abeja, mortal según Guido, de la pierna de la señorina. Pero vaya mi sorpresa, al final de de la película yo me puse a   llorar,  mi hijo nada de nada. Más bien estaba feliz y sonreía porque Josué ganó un tanque al final de película. Pero no entendía bien porque había muerto su padre.


Así son los niños. Como Josué. Entienden con inocencia acompañada de felicidad. Ni la guerra puede quitarle esa felicidad a los niños. Eso quería Guido, que su hijo no se asustara a pesar de que en cualquier momento podría morir. Guido no sentó a su hijo y empezó a explicarle que probablemente morirían y que a su abuelo lo habían matado. No lo hizo, no le robó su inocencia y la felicidad en tiempos en los cuales debería llorar.

Escribiendo este texto, me doy cuenta que SOY UN IMBÉCIL. Quiero hacer razonar a mi hijo en algo que todavía no puede comprender bien. La Vida es Bella hijo. Perdón.

Quizás quiero que sea como yo. Lagrimeaba cuando alguno de mis juguetes los mataba Superman o Batman, los resucitaba sin esferas del dragón y se volvían amigos y ya no peleaban. No había salido la película Toy Story pero mis juguetes tenían vida. Bueno y malos no merecían morir. Desde los 5 años yo era así; sensible.

Los niños cambian. Poco a poco llegará el momento con mi ayuda para que comprenda las tristezas y lo mierda que es la vida e injusta para otros. Lloraré a su lado mientras el ríe, y reiré a su lado mientras lloré. Para qué hacerle entender  a tan temprana edad la dureza de este mundo. Al fin y al cabo, La Vida es Bella, el amor, los engaños, las angustias, la depresión, el cielo. Roberto Benigni demostró que hasta en la guerra la vida puede ser bella ante los ojos de un niño.


Cuando muera, moriré sonriendo.

Que qué ocurrió luego de esa maratón con Mariella, otro día les cuento.