sábado, 6 de enero de 2018

EL PRÓFUGO LIBRE Y LA CONCHA HISTÓRICA

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No es odio señores. Puede haber asco, repulsión, desprecio, tristeza, vergüenza. Donde no le deseas el mal (característica del odio) , sino; justicia y tal vez unas almorranas y una gripe, por lo menos en la cúpula de los temerosos (ahora) políticos elegidos.  


Es curioso, no he leído en ningún párrafo palabra escrita que diga "odio" a favor de Fujimori. Así directamente no. Porque odiarlo sería los más fácil y primitivo a sentir. Mi teoría es que los fujimoristas se proyectan en otros, porque lo que realmente sienten es odio y hasta quizás impotencia, pero no una impotencia cualquiera; una impotencia del choro o del corrupto. Porque, ojo, un corrupto también siente impotencia cuando sus fechorías no se realizan. Los fujimoristas odian porque no pueden comprender o les cansa profundizar y agudizar pensamientos. Odiar es lo más simple. Esto es diferente.


A Fujimori le gustaría que lo odiemos quizás, le conviene políticamente para mostrarse como la víctima. O sea, de entrada nomás; se presenta con sus sellos que son garantía que es un Fujimori reincidente: psicosociales y cortinas de humo con la TÉCNICA DEL ENFERMITO; lo cual es abyecto. Laura Bozzo parece que quiere regresar por cierto.

Odio es una palabra muy fuerte que usan fácilmente aquellos que no comprenden un sentimiento tan intenso irracional y descontrolado, donde le deseas el mal a la persona. Lo de Fujimori es racional y controlado al punto de tener una fundamentación jurídica legal y sobre todo es un reclamo e indignación legítima. Y no es para menos, han liberado a un dictador, un golpista y para concha : ilegalmente. Como lo menciona Alberto Vergara, no es una simple concha; es una CONCHA HISTÓRICA.

No te puedes reconciliarte con el mafioso que no se arrepiente; con el criminal que sale de la cárcel cometiendo nuevos delitos. O sea, tira muro. No puedes reconciliarte con el violador que no ha cambiado y que usa su asociación ilícita para delinquir para beneficios personales donde los cabecillas son sus hijos. No puede haber reconciliarte con quien practica canjes políticos sin importar el país y a quien sólo le interesa personalismos. No puede haber reconciliación a quien salió  de la cárcel fugándose. 

Fujimori no está libre gracias a la justicia, él se fugó. Y el presidente de la República del Perú fue su cómplice. Claro; ellos le llaman indulto, pero realmente fue una fuga. Y todos los que respaldan su fuga, son cómplices.


Fujimori es un prófugo, pero que no se corre. O sea, casi casi un  delincuente que pareciera pretende reincidir. Y ya está iniciando.